viernes, 27 de septiembre de 2013

¡VIVA EL CENTENARIO DE LA GUERRA DE CONCHA!



POR LA FUNDACIÓN ELOY ALFARO


El 24 de septiembre de 1913, una heroica acción de armas en Esmeraldas conmovió al Ecuador.  En la madrugada de ese día, el cuartel de la Policía de la ciudad de Esmeraldas fue tomado por un puñado de revolucionarios, al grito de ¡Abajo Plaza!, ¡Mueran los arrastradores!, ¡Viva Concha!  Una vez tomado ese cuartel, los revolucionarios, provistos de algunas armas incautadas a la Policía, atacaron el cuartel militar.  Hubo bajas en ambos bandos.  Cuando estaba a punto de caer el segundo cuartel, llegaron refuerzos militares, y los insurrectos tuvieron que retirarse a las montañas.
Tres días después, el  27 de septiembre de 1913, el líder de la insurrección, coronel Carlos Concha Torres, desde el campamento guerrillero de Tachina, publicó el manifiesto “A la Nación”, en el que proclamaba:
“Ecuatorianos: siguiendo el patriótico dictado de mi conciencia..., abro hoy campaña en esta heroica sección de la República en demanda del honor y de la justicia que los pueblos reclaman”.

Así empezó una guerra popular que duró más de tres años (1913-1916), que fue secundada en otras provincias y que se convirtió en la más larga guerra de la historia de la República.  Esmeraldas fue la provincia más sacrificada; fue víctima de inauditos crímenes de guerra; nuestro puerto fue bloqueado para someter a la población al hambre, y nuestra capital fue bombardeada, lo cual causó grandes incendios, pérdidas humanas y destrucción de edificaciones. 

El Manifiesto de Tachina señaló ante la historia al gobernante Leonidas Plaza “como autor principal de crímenes horrendos”, de traición a la Patria y de gravísimos actos de corrupción.  Entre esos crímenes horrendos de que fue acusado Leonidas Plaza, sobresalen los del 28 de enero de 1912, cuando el general Eloy Alfaro, hoy reconocido como el mejor ecuatoriano de todos los tiempos, y cinco jefes liberales más, fueron cobardemente asesinados en una prisión por una turba organizada por el gobierno, por aristócratas y por sacerdotes, que ultrajó los cadáveres hasta el extremo de arrastrarlos en las calles de Quito y quemarlos.  Las fuerzas conducidas por Carlos Concha, se levantaron ese 24 de septiembre de 1913 para lavar la afrenta que hasta hoy llena de oprobio la historia de la República y para oponerse a la monumental corrupción administrativa y a la entrega del territorio patrio a extranjeros.  El gobierno de Plaza, calificado por Concha como una “sangrienta tiranía”, no alcanzó a entregar las islas Galápagos a Estados Unidos o a Francia a cambio de dinero, como pretendía; pero alcanzó a consumar en 1916 la entrega de aproximadamente 176.000 kilómetros cuadrados a Colombia.  

Hoy, 24 de septiembre de 2013, se cumplen 100 años del inicio de la más importante gesta del pueblo de Esmeraldas.  Saludamos que desde el año 2011 se haya desterrado la celebración del 21 de septiembre de 1526, pues era indigno para nuestro pueblo rendir homenaje a aventureros españoles que llegaron a nuestra tierra en busca de fortuna y cometieron grandes crímenes.  Saludamos también que se haya comenzado a reconocer a la Revolución de Concha el sitio que merece, al asignar, por votación electrónica realizada en abril y mayo del 2013, el nombre del coronel CARLOS CONCHA TORRES al aeropuerto de Tachina. El nombre que tenía el aeropuerto de Tachina era el del oficial que coordinó y organizó el operativo de captura del héroe esmeraldeño.  Tiene profunda significación que ese nombre haya sido sustituido por el de Carlos Concha; ha comenzado a hacerse justicia.  Sin embargo, el país aún está en deuda con el levantamiento armado de 1913-1916, que reclama un reconocimiento a nivel nacional.  Hasta hoy no se ha erigido una estatua en la provincia, ni se ha levantado una columna conmemorativa que perennice esta gesta o los nombres de los principales combatientes; ni siquiera se ha recogido suficiente información sobre ellos y son muchos los que permanecen anónimos.  Nuestro sistema educativo aún no ha incluido en los contenidos curriculares una información básica sobre la Guerra de Concha; las nuevas generaciones no pueden seguir ignorando una gesta de tanta trascendencia en la vida de la provincia y del país.  Esta realidad tiene que cambiar.  Los móviles patrióticos del levantamiento de hace un siglo merecen la más alta admiración del pueblo ecuatoriano, y los esmeraldeños debemos visibilizarlo ante el país con legítimo orgullo. ¡La Guerra de Concha es gloria de Esmeraldas!

Esmeraldas, 24 de septiembre de 2013

Cortesía de Francisco Sánchez Yascariba






martes, 24 de septiembre de 2013

RETORNO DEL PODER POPULAR EN ESMERALDAS

Por: Francisco Sánchez Yascaribay


En medio de un contexto de opresión, persecución, corrupción, desempleo, hambre, desplazamientos forzados  y  dictadura militar, un 19 de junio de 1974, surge de la entraña del pueblo, la Asociación de Comités Unidos “ACU”,  como vanguardia de la lucha popular, con claros principios revolucionarios y visión transcendental con perspectiva histórica.

Con el retorno democrático, el 29 de abril de 1979, la Asociación de Comités Unidos “ACU”, lleva al Congreso Nacional en calidad de Diputado a su máximo dirigente, Abg. Antonio Lara Quiñónez; quien recogiendo el sentimiento y clamor del pueblo,  juega un importante rol en el Congreso Nacional. Fortalece la estructura organizativa, visibilizando  la fuerza popular y haciendo que se atiendan los requerimientos de los diversos sectores del pueblo.

El anhelo de brindar servicios básicos a los barrios y  generar un modelo de  desarrollo y gobernanza del pueblo para el pueblo, en mayo de 1984,  la Asociación de Comités Unidos “ACU” elige a través del sufragio electoral, al Abg. Antonio Lara Quiñones, como Alcalde del cantón Esmeraldas para que cumpla con su mandato. 

El crecimiento orgánico de ACU y su posición ideológica revolucionaria, conlleva a la ultraderecha del país, encabezada por el nefasto gobierno de León Febres Cordero, a que desate su odio de clase y empiece  una persecución política   contra el Alcalde del pueblo.  Bloquearon los recursos económicos al municipio para que se paralicen las obras programadas, compraron testaferros para difamar y desestabilizar la administración municipal. Violando todo principio constitucional, aterrorizando a niños y niñas,  allanaron el domicilio de la familia Lara Rivadeneira y  encarcelaron  al Alcalde del Pueblo para desmoralizarlo, desprestigiarlo y frenar el desarrollo de “ACU”. Liquidando con ello, la oportunidad del pueblo de construir y dirigir su propio destino.

Cuando han transcurrido más de 27 años de haberse atentado vilmente contra  “ACU” y la esperanza del pueblo,  surgen acontecimientos que anuncian que un nuevo renacer ciudadano, guiado con la luz de la justicia y madurez política,  se prepara a  tomar la posta de la lucha popular y reactivar su visión trascendental histórica.
Hace poco, ha comenzado a germinar en la arena política y administrativa de Esmeraldas y del país, un descendiente del proceso histórico de ACU, un hijo de los fundadores del glorioso y entrañable “ACU”,  Lenin Lara Rivadeneira.  A él, el destino le está abriendo paso y oportunidades, preparándolo para  asumir retos históricos importantes.  En menos de tres años, a Lenin Lara Rivadeneira, lo han  designado Director Provincial del IECE, Gobernador de Esmeraldas, Asambleísta, Secretario de Estado. Y ahora, el pueblo, la militancia  de Alianza País y su buro político, lo han nombrado pre candidato Alcalde del cantón de Esmeraldas.
 
El destino del retorno popular, está escrito. Lenin Lara Rivadeneira, será Alcalde municipal,  y animará a los hijos y los hijos de los hijos del glorioso “ACU”, a reencontrarse con sus raíces políticas. Cumplirá con sus acciones, con  el anhelo de “ACU”, de convertir al municipio de Esmeraldas, en un arquitecto del buen vivir, un jardinero  de  valores trascendentales, un faro del desarrollo de la ciencia, el arte y la cultura.    



viernes, 13 de septiembre de 2013

Reencuentro con la naturaleza

Citas tomada del libro intitulado “ A menos que…” de Arthur Lyon Dahl


“... Ha desaparecido por completo el tradicional respeto a la naturaleza, nacido del íntimo contacto con su poder y de nuestra inmediata dependencia de su generosidad. Tenemos que redescubrir y reforzar la consideración que mostramos por la belleza y las cualidades de los diferentes hábitats, hasta el punto de reconocer y proteger el valor espiritual de los páramos. Asimismo, tendremos que aprender a valorar y apreciar la sabiduría y la experiencia de aquellos pueblos y culturas que han aprendido a vivir en armonía con su entorno natural. Con esto no pretendemos volver a un ideal romántico ya trasnochado que ignore nuestra función de cultivadores de la naturaleza. Estos valores no están reñidos con una visión moderna del mundo; no hay razón para que no  podamos administrar y utilizar nuestro entorno natural eficientemente siguiendo los principios del equilibrio, la conservación y el empleo racional de los recursos para no agotarlos demasiado rápidamente. Pero lo que si se nos pide es que acabemos con la idea de que podemos seguir buscando imprudentemente la satisfacción de todos nuestros deseos al instante, sin pensar en el coste real que ello pueda tener para el planeta o para otros seres humanos, que no podrán ser atendidas sus necesidades básicas a causa de nuestra codicia. Quizás que olvidarnos de nuestra mentalidad consumista y aprender a poner en práctica el principio de la moderación en todas nuestras actividades, incluidas las que se refieren al desarrollo material de la civilización. La naturaleza continúa recordándonos la importancia de esta ley. Las reglas son bien sencillas: el abuso provoca el que, a la larga, todos acabemos sufriendo privaciones. La calidad de vida debe tener prioridad sobre la cantidad de lo que consumimos y la mera adquisición de bienes materiales.
En segundo lugar, tenemos que redescubrir los valores eternos y los principios humanísticos que inspiraron el auge de grandes civilizaciones en momentos clave de la historia. No basta con conocer los hechos relacionados con el dilema ecológico ante el que nos encontramos; hay que actuar. Nuestra compresión de la naturaleza humana debe ir más allá de la idea superficial y efímera que nos considera seres puramente físicos. Nuestra inteligencia y la conciencia que tenemos de estar y actuar en este mundo exigen que examinemos nuestro papel en la creación desde otra perspectiva a más largo plazo”.

“Hay principios espirituales, o lo que algunos llaman valores humanos, con los que es posible encontrar soluciones para todo problema social. Cualquier grupo bienintencionado puede elaborar soluciones prácticas para sus problemas en un sentido general, pero las buenas intenciones y los conocimientos prácticos no suelen ser suficientes. El mérito esencial del principio espiritual consiste no sólo en que presenta una perspectiva acorde con lo que es inherente a la naturaleza humana, sino que también induce a una actitud, una dinámica, una voluntad, una aspiración que facilitan el descubrimiento y la aplicación de medidas prácticas”.

Cortesía de Francisco Sánchez Yascaribay

jueves, 12 de septiembre de 2013

GUIA PARA EL TRABAJO ORGANIZATIVO Y POLITICO COMUNITARIO.

Por: Francisco Sánchez Yascaribay



La experiencia de más de 25 años de vinculación con diversos sectores y actores sociales y comunitarios, nos ha legado varios  aprendizajes a tomar en cuenta en el accionar y transitar político; que compartimos a todos aquellos que quieren desarrollar una cultura política.
  • Tener convicción que la naturaleza humana es noble, con valores y potencializades intrínseca para el bien común, orienta nuestros actos, muestra nuestra madurez política, despierta nuestra creencia en la unidad en diversidad, cooperación, consulta y desarrollo de capacidades.
  • La práctica social y política enseña que la humildad, la apertura, el respecto a otro, el desprendimiento, la tolerancia y la sencillez, son importantes evidenciarlas en nuestros actos humanos y políticos. Estos valores abren camino al trabajo político, generan confianza en los líderes naturales que estamos contactando para integrarlos a ser parte de la organización.
  •  Es importante tener en cuenta que  todo ejercicio político y organizativo,  debe estar sustentado en una base ideológica y en una permanente actitud de aprendizajes. Sin ideología y visión con trascendencia historica compartida, no se tiene un horizonte claro, se está vulnerable a prostituirse y perecer.
  • Es bueno recordar que la consulta en la toma de decisiones en todos los asuntos es fundamental. Pues,  establecer acuerdos a través de las consultas, adoptadas libres de prejuicios, temores  e intereses mezquinos, debe llevarnos  a valorar, respetar y aplicar lo acordado, dado que la decisión tomada, constituye un mandato supremo.
  • También es bueno tener en cuenta que la unidad de visión, claridad en la distribución de roles y el permanente seguimiento y evaluación de las tareas y responsabilidades,  son claves para sostener la acción política.
  •  Es bueno generar espacios colectivos, para releer la visión trascendental que nos llevó a organizarnos e ir examinando bajo la luz de la unidad y el aprendizaje, los actos que hemos implementados en función de alcanzar nuestro propósito. Esto ayuda mucho a no desviarnos de nuestros objetivos, despertar un sentido de compromiso e involucramiento en las actividades política.
  •  Para evitar que el caudillismo y el populismo, la falta de consistencia ideológica, la improvisación y la pérdida de los valores, absorba la organización, es necesario crear espacios de formación política para fortalecer los principios y valores sociales que la organización construye con su accionar, y para tener una cadena de cuadros políticos que estén permanentemente renovándose y  retroalimentando los ejes programáticos organizativos que se han definido de manera participativa.
  •  A fin de no crear fisuras internas y evitar seguir sosteniendo el modelo mercantil electoral que el sistema nos impone para la designación de los representantes (compra del voto, cobro de favores, chantaje, charlatanería), es vital buscar en consenso un mecanismo alternativo de sufragio electoral que contribuya a mantener la unidad y armonía, asegurar la participación electoral libre de presiones y manipulaciones. Y a designar a los mandatarios por sus cualidades de: espíritu de servicio, sentido de compromiso y empoderamiento por la organización; mente abierta e investigadoras; con sentido de justicia, experiencias madura y habilidad reconocida.

martes, 10 de septiembre de 2013

Mural municipal excluye la “Guerra de Concha” de su registro.

POR FRANCISCO SÁNCHEZ YASCARIBAY


En la “Avenida de la Prensa, ubicada en la calle Simón Bolívar, entre Vicente Rocafuerte y 10 de Agosto, el Ilustre Gobierno Municipal del cantón Esmeraldas, con la finalidad de embellecer el ornato de la ciudad, ha mandado a pintar un mural que al perecer pretender sintetizar, una parte de los  hechos y personajes históricos que han contribuido con el crecimiento y la identidad cultural de Esmeraldas.
Si bien es cierto, no es un mural bien logrado, la iniciativa como tal, me alegró, por el hecho de que trata de mantener viva la memoria histórica del pueblo.   Lo lamentable  de quienes mandaron a pintar el  mural, es el que se hayan olvidado de recoger  el acontecimiento más trascendental, digno  y noble de nuestra historia: “La Guerra de Concha”,  que tuvo liderada por el coronel Carlos Concha Torres y su comando.
Nadie debe desconocer que la “Guerra de Concha” es un legado de alto valor histórico que forma parte de nuestra identidad. Ni que su motivación estuvo inspirada por el principio de justicia ante la impunidad por  el vil asesinato de los Alfaro y sus compañeros, la lucha contra la corrupción y  la defensa de la heredad  territorial.  Razones de peso, para que los esmeraldeños y mucho más las autoridades del gobierno municipal, reivindiquen, valoren y mantengan por siempre viva la antorcha  de la gesta revolucionaria que iniciara el 24 de septiembre de 1913 - 1916.
Hoy que nos aprestamos a conmemorar los 100 años de la revolución de Concha, el gobierno municipal del cantón esmeraldeño y más autoridades,  tiene el deber moral y cívico de iniciar un periplo de actos recordatorios para que no quede en el olvido ni pase desapercibida la gesta heroica. Y  la universidad, la juventud y los esmeraldeños en general, tienen  que salir al frente a las aves del oscurantismo que tratando de desvalorizar la gesta revolucionaria, lanzan lodo sobre el diamante histórico a fin  de buscar oscurecer su fulgor.
No hay que permitir que nadie busque excluir de la memoria histórica del pueblo  la  “Guerra de Concha”, que debe ser fuente de inspiración de las nuevas generaciones y orgullo de todos los esmeraldeños. Así lo expreso el revolucionario liberal, Carlos Andrade: “…, el nombre de Carlos Concha y el recuerdo de la revolución de Esmeraldas enardecerán todos los corazones y señalaran a todas las conciencia el camino del deber”.