POR FRANCISCO SÁNCHEZ
YASCARIBAY
“Un
pueblo que no tiene un sentido de su historia se encuentra en total
desorientación. No tiene ninguna conexión con su pasado, no sabe quién es ni
por qué se encuentra en su condición actual.” Juanita de Hernández
La dinámica social de la
década de los años 70, se inicia con una serie de hechos y convulsiones
sociales en el país, de las que sobresalen, entre otras:
- La declaratoria dictatorial de José María Velasco Ibarra (21 de junio de 1970).
- La usurpación y control del poder político por la dictadura de Guillermo Rodríguez Lara y del Triunviro Militar (15 de febrero de 1972 – 1979)
- El inicio de una era de bonanza petrolera (1976).
- El despilfarro, la corrupción.
- La inmigración del campo a la ciudad.
- El endeudamiento externo.
- El surgimiento de los escuadrones volante de la muerte.
- El auge de una carrera armamentista.
- El alto índices de desempleo, pobreza y la falta de atención a los servicios básicos.
En medio del oscurantismo
de aquella época, surgía de manera paralela un tapiz de luz con el despertar de
una conciencia crítica en la juventud ecuatoriana y latinoamericana. Juventud
influenciada por el triunfo de la revolución Cubana, el pensamiento de Ernesto
Guevara, Vladimir Lenin, Ever Honxha, Mao Tse Tung, Carlos Marx, José Martí,
entre otros. Juventud que anhelaba vivir en una real democracia, con justicia,
respeto por los derechos humanos y con autodeterminación de los pueblos.
Jóvenes dispuestos a entregar sus vidas por tan elevados principios y
objetivos.
El 19 de junio de 1974, en
plena dictadura militar, surge la Asociación de Comités Unidos “ACU”, integrada
por líderes de los extractos sociales marginales, jóvenes universitarios,
profesores y trabajadores, con entusiasmo y convicción política de izquierda
revolucionaria. Los principales líderes de esta organización tenían adecuada
formación y experiencia organizativa y política. Habían militando muchos de
ellos, antes en el partido Comunista Marxista Leninista (Himpidio y Antonio
Lara Quiñonez, Víctor Sánchez Yascaribay, Marcos Brown Cabeza, Atahualpa
Quiñonez, Felipe Pacheco Luque; Federico Koller, Pablo Pazmiño, Jon Goyez
Klinger, entre otros). Cuadros que fueron piezas importantes en el crecimiento
organizativo y político de ACU en la década del 70 y comienzo del 80.
Al principio “ACU”,
direcciona su lucha reivindicativa en velar porque se dé atención a las
necesidades básicas insatisfecha de los barrios marginales y, en la defensa de
los pobladores del sector de las palmas, amenazados con ser desalojados por la
construcción del puerto Comercial de Esmeraldas.
Bajo la perspectiva de educar al pueblo y consolidar la estructura local para tomar
el poder, ACU, organizaba cada año, sus convenciones políticas. En estos
espacios, se discutía la política local,
nacional e internacional. Además,
en cada sector popular creaba una célula organizativa, encargada de reclutar y
receptar los requerimientos de los comités barriales.
Con un enfoque de género, formó en cada barrio, los comités de damas de ACU, en función de incluir y darle espacio de liderazgo a la mujer esmeraldeña . Para fortalecer la unidad popular y la cultural, ACU, organizaba año a año, la elección de reinas de los barrios, encuentros de expresiones artísticas y poéticas; y, concursos de años viejos con enfoque político. Además, formó un equipo de futbol para mantener un lazo de acercamiento y de educación a la juventud. También, exhortaba a los dirigentes populares a participar junto a los trabajadores, en los actos conmemorativos del día del trabajador. Como también, en las luchas organizadas por los estudiantes universitarios y campesinos.
Con un enfoque de género, formó en cada barrio, los comités de damas de ACU, en función de incluir y darle espacio de liderazgo a la mujer esmeraldeña . Para fortalecer la unidad popular y la cultural, ACU, organizaba año a año, la elección de reinas de los barrios, encuentros de expresiones artísticas y poéticas; y, concursos de años viejos con enfoque político. Además, formó un equipo de futbol para mantener un lazo de acercamiento y de educación a la juventud. También, exhortaba a los dirigentes populares a participar junto a los trabajadores, en los actos conmemorativos del día del trabajador. Como también, en las luchas organizadas por los estudiantes universitarios y campesinos.
Al pasar los años, ACU crecía cualitativa y
cuantitativamente. En cada cantón y parroquia rural de la provincia de Esmeraldas,
existía un núcleo organizativo.
La Asociación de Comités
Unidos ACU, constituyó un buró político, como un faro de orientación y
fundamentación ideológica. Aplicó el centralismo democrático para la toma de
decisiones. El directorio de ACU, elegido por votación nominal de una plancha
presentada por el buró, acataba las decisiones de este organismo.
El sistema de selección y
designación vertical para llenar los cargos del directorio, a veces provocaba
discrepancia. Muchos miembros de las bases, sentían que se le imponía unos
candidatos y que no se sentían representados, ni escuchados sus criterios.
Aunque esta organización, organizaba
una serie de actividades tendiente a generar reflexiones políticas en las bases
para la toma del poder político, inconscientemente no se preparaba
paralelamente para mantener el poder, formando cuadros con capacidades técnicas
operativas y administrativas de gestión pública.
El no crear una estructura
formativa para consolidar los principios ideológicos y valores humanos
fundamentales de sus bases y cuadros políticos; como el no prestar atención al
desarrollo de capacidades y destrezas técnicas para administrar y sostener el
poder político, fue su principal error. Error que más tarde tuvo que facturar.
Es importante tener en
cuenta, que para mantener el poder, es necesario contar con cuadros con
profunda base ideológica revolucionarias y con alto compromiso social y sentido
de trascendencia. Con roles y capacidades apropiadas para destacarse en el
campo de la administración, gestión, investigación y planificación para la
propuesta de políticas públicas. Por otro, es necesario contar con un adecuado
plan de gobernabilidad y desarrollo, que contribuya a romper la estructura del
modelo obsoleto de administración neoliberal.
Para 1984, ACU toma espacio de poder
en la administración local de Esmeraldas. Antonio Lara Quiñonez, lider máximo de ACO, llega a la
alcaldía del municipio del cantón Esmeraldas y junto con él, el Dr. Luis Gracias Bone, que sale electo
concejal y John Goyes Klinger, consejero provincial. Además de captar varias
concejalías en otros cantones de la provincia, concretamente en: San Lorenzo, Eloy Alfaro y Quinindé.
También se capto un curul en el Congreso nacional, con Floripa Mejía Villa, aliada política.
Los prejuicios políticos de
la llamada izquierda revolucionaria de Esmeraldas (MDP, FADI; SOCIALISMO), que
miraron a ACU como un movimiento que podría quitarle su espacio de liderazgo de
izquierda revolucionaria, no le permitieron entender y comprender la dinámica
política de esta organización. Jamás entendieron que el enemigo de clase no
estaba en ACU, sino en el sistema estructural de la sociedad, controlado por la
oligarquía testaférrea del imperio yanqui. Antes que sumarse a fortalecer este
proceso y enriquecerlo con sus experiencias políticas e ideas marxistas, sin
reparo alguno, se aliaron a la fuerza de derecha de Esmeraldas para frenar el
desarrollo político de esta organización popular y desestabilizar el gobierno
municipal que estaba dirigido por el máximo representante de ACU, el Abg.
Antonio Lara Quiñonez.
La falta de una mayoría de concejales de ACU y cuadros con
principios ideológicos consolidados para administrar el gobierno local, obligó al Líder de ACU, tener que compartir la
administración del gobierno municipal con mercenarios y profesionales carentes
de ideología y sin compromiso social, proveniente de las fuerzas retardarías
existente en Esmeraldas.
Aprovechándose de esta
debilidad, la fuerza del gobierno de derecha del entonces León Febres Cordero
que gobernaba nuestro país (1984 – 1988), aplica una estrategia política para
desestabilizar la administración municipal del cantón Esmeraldas, desde el
interior del gobierno municipal y desde el exterior. Ellos consideraban que era
necesario acabar con el máximo representante de ACU, por lo que decidieron
desprestigiarlo y bloquear económicamente al municipio. Desde la gobernación de Esmeraldas de aquel entoces, a través del Jefe político del cantón Esmeraldas, denunciado como agente de la CIA, comensaron a comprar a concejales traídores y a financiar las actividades de boicot político, programadas por los testaferro de León Febres Cordero.
La falta de recursos
oportunos a la administración de Antonio Lara Quiñonez, trajo consigo una
asfixia financiera, que coadyuvó a incumplir compromisos de obras de servicios
básicos e interrumpir el pago puntual de los sueldos y salarios de los
trabajadores y empleados del municipio.
Los trabajadores, movidos
por el populismo de derecha e infantilismo de izquierda comenzaron a paralizar
con medidas de hechos la administración municipal. Los partidos políticos de
derecha como de la llamada izquierda (MPD - FADI), alquilaban volquetas para arrojar en las
noches y madrugadas basuras en las principales calles de la ciudad a fin de
causar insalubridad y culpar a la administración municipal de inoperante.
También movilizaban a los estudiantes y maestros para apedrear las
instalaciones municipales. El cuerpo de Bombero, bajo la dirección del señor Luis López Estupiñán, con toda las motobomba a su disposición, provocaba y atentaba contra el palacio municipal. Hacían de todo.
León Febres Cordero, que se había declarado enemigo de Antonio Lara Quiñonez, por su posición ideológica, valiéndose del Ministro Joffre Torbay, como del señor Marcelo Mero, Contralor General de la Nación, violentando todo proceso constitucional, allana el domicilio del alcalde del pueblo y lo encarcela, acusándolo de malversar recursos públicos. Acusación que fue desvirtuada por la Corte Superior de Justicia, años más tarde, cuando se sobreseyó al Alcalde, Antonio Lara Quiñonez.
León Febres Cordero, que se había declarado enemigo de Antonio Lara Quiñonez, por su posición ideológica, valiéndose del Ministro Joffre Torbay, como del señor Marcelo Mero, Contralor General de la Nación, violentando todo proceso constitucional, allana el domicilio del alcalde del pueblo y lo encarcela, acusándolo de malversar recursos públicos. Acusación que fue desvirtuada por la Corte Superior de Justicia, años más tarde, cuando se sobreseyó al Alcalde, Antonio Lara Quiñonez.
A fin de cuanta la derecha
logró su objetivo, entre el año 85 y 86 liquidó políticamente a Lara Quiñonez
con una serie de desprestigio y con ello a ACU que en aquel entonces, a duras
penas contaba con un débil e inexistente buro político y con una base social
frustrada y desintegrada.
La caída de ACU y la
ceguera política de los llamados de izquierda, facilitó a que la derecha y el
populismo sin ideología, surgidos de la sombra, se incrustaran y perduraran en
el poder político de Esmeraldas, hasta nuestros días. Legándonos el decaimiento
moral de las instituciones públicas, frustración, inercia, y falta de
desarrollo para una convivencia digna.
Toca a los jóvenes de hoy
revisar la historia de la lucha popular desde una perspectiva histórica y
reflexionar sobre la misma, sacar las lecciones trascendentales y comenzar a
reconstruir la esperanza de un pueblo cuyo sueño fue frustrado por los
estafadores políticos del ayer (Francisco Mejía Villa, Carlos Saud Saud y
Homero López Saud) y del hoy que la gobierna (MPD - Ernesto Estupiñán).
Es importante tener en
cuenta que el ejercicio y enfoque de participación debe estar sustentado en una
base ideológica y en una permanente actitud de aprendizaje. Debe ser un enfoque
basado en la potencialización de capacidades y adquisición de poder. Poder de
organización, planificación, cooperación, de unidad en diversidad, información,
etc.
Es bueno recordar que la
consulta en la toma de decisiones en todos los asuntos es fundamental. También
es bueno tener en cuenta que la unidad de visión, claridad en la distribución
de roles y el permanente seguimiento y evaluación de las tareas y
responsabilidades, son claves para sostener la acción política.
Implementar un sistema de
designación sin candidatos para nombrar a los dirigentes de la organización es
importante para el cumplimiento de las funciones y consolidación del grupo;
pues este método de elección y designación, impide a los miembros de la
organización utilizar los mecanismos electorales mercantilista del sistema
neoliberal, que lo que hace es fomentar la división y la compra de conciencia o
el cobro de favores.
Definir una visión
compartida de lo que se quiere alcanzar es otro elemento clave. Despojarse del
caudillismo o del populismo es indispensable. Formar cuadros políticos y
equipos de profesionales para la toma y mantención del poder, es fundamental.
Revisado y reeditado, Noviembre
de 2013.
No hay comentarios:
Publicar un comentario