domingo, 3 de noviembre de 2013

ACU EN LA HISTORIA POLÍTICA DE ESMERALDAS




POR FRANCISCO SÁNCHEZ YASCARIBAY


“Un pueblo que no tiene un sentido de su historia se encuentra en total desorientación. No tiene ninguna conexión con su pasado, no sabe quién es ni por qué se encuentra en su condición actual.” Juanita de Hernández

 
La dinámica social de la década de los años 70, se inicia con una serie de hechos y convulsiones sociales en el país, de las que sobresalen, entre otras:
  •  La declaratoria dictatorial de José María Velasco Ibarra (21 de junio de 1970). 
  •  La usurpación y control del poder político por la dictadura de Guillermo Rodríguez Lara y del Triunviro Militar (15 de febrero de 1972 – 1979)
  •  El inicio de una era de bonanza petrolera (1976). 
  •  El despilfarro, la corrupción.
  •  La inmigración del campo a la ciudad. 
  •  El endeudamiento externo. 
  •  El surgimiento de los escuadrones volante de la muerte. 
  • El auge de una carrera armamentista. 
  •  El alto índices de desempleo, pobreza y la falta de atención a los servicios básicos.
En medio del oscurantismo de aquella época, surgía de manera paralela un tapiz de luz con el despertar de una conciencia crítica en la juventud ecuatoriana y latinoamericana. Juventud influenciada por el triunfo de la revolución Cubana, el pensamiento de Ernesto Guevara, Vladimir Lenin, Ever Honxha, Mao Tse Tung, Carlos Marx, José Martí, entre otros. Juventud que anhelaba vivir en una real democracia, con justicia, respeto por los derechos humanos y con autodeterminación de los pueblos. Jóvenes dispuestos a entregar sus vidas por tan elevados principios y objetivos. 
El 19 de junio de 1974, en plena dictadura militar, surge la Asociación de Comités Unidos “ACU”, integrada por líderes de los extractos sociales marginales, jóvenes universitarios, profesores y trabajadores, con entusiasmo y convicción política de izquierda revolucionaria. Los principales líderes de esta organización tenían adecuada formación y experiencia organizativa y política. Habían militando muchos de ellos, antes en el partido Comunista Marxista Leninista (Himpidio y Antonio Lara Quiñonez, Víctor Sánchez Yascaribay, Marcos Brown Cabeza, Atahualpa Quiñonez, Felipe Pacheco Luque; Federico Koller, Pablo Pazmiño, Jon Goyez Klinger, entre otros). Cuadros que fueron piezas importantes en el crecimiento organizativo y político de ACU en la década del 70 y comienzo del 80.
Al principio “ACU”, direcciona su lucha reivindicativa en velar porque se dé atención a las necesidades básicas insatisfecha de los barrios marginales y, en la defensa de los pobladores del sector de las palmas, amenazados con ser desalojados por la construcción del puerto Comercial de Esmeraldas. 
Bajo la perspectiva de educar al pueblo  y consolidar la estructura local para tomar el poder, ACU, organizaba cada año, sus convenciones políticas. En estos espacios, se discutía la política local,  nacional e internacional.  Además, en cada sector popular creaba una célula organizativa, encargada de reclutar y receptar los requerimientos de los comités barriales.  

Con un enfoque de género,  formó en cada barrio, los comités de damas de ACU, en función de incluir y darle espacio de liderazgo  a la mujer esmeraldeña . Para fortalecer la unidad popular y la cultural, ACU, organizaba año a año, la elección de reinas de los barrios, encuentros de expresiones artísticas y poéticas; y, concursos de años viejos con enfoque político.  Además, formó un equipo de futbol para mantener un lazo de acercamiento y de educación  a la juventud. También, exhortaba a los dirigentes populares a participar junto a los trabajadores, en los actos conmemorativos del día del trabajador. Como también, en las luchas organizadas por los estudiantes universitarios y  campesinos.
 Al pasar los años, ACU crecía cualitativa y cuantitativamente. En cada cantón y parroquia rural de la provincia de Esmeraldas, existía un núcleo organizativo. 
 
La Asociación de Comités Unidos ACU, constituyó un buró político, como un faro de orientación y fundamentación ideológica. Aplicó el centralismo democrático para la toma de decisiones. El directorio de ACU, elegido por votación nominal de una plancha presentada por el buró, acataba las decisiones de este organismo.
El sistema de selección y designación vertical para llenar los cargos del directorio, a veces provocaba discrepancia. Muchos miembros de las bases, sentían que se le imponía unos candidatos y que no se sentían representados, ni escuchados sus criterios. 
Aunque esta organización, organizaba una serie de actividades tendiente a generar reflexiones políticas en las bases para la toma del poder político, inconscientemente no se preparaba paralelamente para mantener el poder, formando cuadros con capacidades técnicas operativas y administrativas de gestión pública. 
El no crear una estructura formativa para consolidar los principios ideológicos y valores humanos fundamentales de sus bases y cuadros políticos; como el no prestar atención al desarrollo de capacidades y destrezas técnicas para administrar y sostener el poder político, fue su principal error. Error que más tarde tuvo que facturar.
Es importante tener en cuenta, que para mantener el poder, es necesario  contar con cuadros con profunda base ideológica revolucionarias y con alto compromiso social y sentido de trascendencia. Con roles y capacidades apropiadas para destacarse en el campo de la administración, gestión, investigación y planificación para la propuesta de políticas públicas. Por otro, es necesario contar con un adecuado plan de gobernabilidad y desarrollo, que contribuya a romper la estructura del modelo obsoleto de administración neoliberal.
Para 1984, ACU toma espacio de poder en la administración local de Esmeraldas. Antonio Lara Quiñonez, lider máximo de ACO, llega a la alcaldía del municipio del cantón Esmeraldas y junto con él,  el Dr. Luis Gracias Bone, que sale electo concejal y John Goyes Klinger, consejero provincial. Además de captar varias concejalías en otros cantones de la provincia, concretamente en: San Lorenzo, Eloy Alfaro y Quinindé. También se capto un curul en el Congreso nacional, con Floripa Mejía Villa, aliada política. 
Los prejuicios políticos de la llamada izquierda revolucionaria de Esmeraldas (MDP, FADI; SOCIALISMO), que miraron a ACU como un movimiento que podría quitarle su espacio de liderazgo de izquierda revolucionaria, no le permitieron entender y comprender la dinámica política de esta organización. Jamás entendieron que el enemigo de clase no estaba en ACU, sino en el sistema estructural de la sociedad, controlado por la oligarquía testaférrea del imperio yanqui. Antes que sumarse a fortalecer este proceso y enriquecerlo con sus experiencias políticas e ideas marxistas, sin reparo alguno, se aliaron a la fuerza de derecha de Esmeraldas para frenar el desarrollo político de esta organización popular y desestabilizar el gobierno municipal que estaba dirigido por el máximo representante de ACU, el Abg. Antonio Lara Quiñonez.


La falta de una mayoría de concejales de ACU y cuadros con principios ideológicos consolidados para administrar el gobierno local, obligó al Líder de ACU, tener que compartir la administración del gobierno municipal con mercenarios y profesionales carentes de ideología y sin compromiso social, proveniente de las fuerzas retardarías existente en Esmeraldas.
Aprovechándose de esta debilidad, la fuerza del gobierno de derecha del entonces León Febres Cordero que gobernaba nuestro país (1984 – 1988), aplica una estrategia política para desestabilizar la administración municipal del cantón Esmeraldas, desde el interior del gobierno municipal y desde el exterior. Ellos consideraban que era necesario acabar con el máximo representante de ACU, por lo que decidieron desprestigiarlo y bloquear económicamente al municipio. Desde la gobernación de Esmeraldas de aquel entoces, a través del Jefe político del cantón Esmeraldas, denunciado como agente de la CIA, comensaron a comprar a concejales traídores y a financiar las actividades de boicot político, programadas por los testaferro de León Febres Cordero.
La falta de recursos oportunos a la administración de Antonio  Lara Quiñonez, trajo consigo una asfixia financiera, que coadyuvó a incumplir compromisos de obras de servicios básicos e interrumpir el  pago puntual de los sueldos y salarios de los trabajadores y empleados del municipio.
Los trabajadores, movidos por el populismo de derecha e infantilismo de izquierda comenzaron a paralizar con medidas de hechos la administración municipal. Los partidos políticos de derecha como de la llamada izquierda (MPD - FADI), alquilaban volquetas para arrojar en las noches y madrugadas basuras en las principales calles de la ciudad a fin de causar insalubridad y culpar a la administración municipal de inoperante. También movilizaban a los estudiantes y maestros para apedrear las instalaciones municipales. El cuerpo de Bombero, bajo la dirección del señor Luis López Estupiñán, con toda las motobomba a su disposición, provocaba y atentaba contra el palacio municipal. Hacían de todo.

León Febres Cordero, que se había declarado enemigo de Antonio Lara Quiñonez, por su posición ideológica,  valiéndose del Ministro Joffre Torbay, como  del  señor Marcelo Mero, Contralor General de la Nación, violentando todo proceso constitucional, allana el domicilio del alcalde del pueblo y lo encarcela, acusándolo de malversar recursos públicos. Acusación que fue desvirtuada por la Corte Superior de Justicia, años más tarde, cuando se sobreseyó al Alcalde, Antonio Lara Quiñonez.
A fin de cuanta la derecha logró su objetivo, entre el año 85 y 86 liquidó políticamente a Lara Quiñonez con una serie de desprestigio y con ello a ACU que en aquel entonces, a duras penas contaba con un débil e inexistente buro político y con una base social frustrada y desintegrada.
La caída de ACU y la ceguera política de los llamados de izquierda, facilitó a que la derecha y el populismo sin ideología, surgidos de la sombra, se incrustaran y perduraran en el poder político de Esmeraldas, hasta nuestros días. Legándonos el decaimiento moral de las instituciones públicas, frustración, inercia, y falta de desarrollo para una convivencia digna.
Toca a los jóvenes de hoy revisar la historia de la lucha popular desde una perspectiva histórica y reflexionar sobre la misma, sacar las lecciones trascendentales y comenzar a reconstruir la esperanza de un pueblo cuyo sueño fue frustrado por los estafadores políticos del ayer (Francisco Mejía Villa, Carlos Saud Saud y Homero López Saud) y del hoy que la gobierna (MPD - Ernesto Estupiñán).
Es importante tener en cuenta que el ejercicio y enfoque de participación debe estar sustentado en una base ideológica y en una permanente actitud de aprendizaje. Debe ser un enfoque basado en la potencialización de capacidades y adquisición de poder. Poder de organización, planificación, cooperación, de unidad en diversidad, información, etc.
Es bueno recordar que la consulta en la toma de decisiones en todos los asuntos es fundamental. También es bueno tener en cuenta que la unidad de visión, claridad en la distribución de roles y el permanente seguimiento y evaluación de las tareas y responsabilidades, son claves para sostener la acción política. 
Implementar un sistema de designación sin candidatos para nombrar a los dirigentes de la organización es importante para el cumplimiento de las funciones y consolidación del grupo; pues este método de elección y designación, impide a los miembros de la organización utilizar los mecanismos electorales mercantilista del sistema neoliberal, que lo que hace es fomentar la división y la compra de conciencia o el cobro de favores. 
Definir una visión compartida de lo que se quiere alcanzar es otro elemento clave. Despojarse del caudillismo o del populismo es indispensable. Formar cuadros políticos y equipos de profesionales para la toma y mantención del poder, es fundamental.


Revisado y reeditado, Noviembre de 2013.

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